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Señor Jesús, hoy contemplamos esta congregación a la que amamos con sus límites y sus riquezas. 

Es nuestra madre, ella nos ha engendrado, por eso la respetamos, al mismo tiempo soñamos verla más hermosa.

Ayúdanos Señor a renovar esta Congregación en la que se pueda vivir y respirar a gusto, en la que se puede decir lo que se piensa, una congregación de libertad.

Que con tu ayuda Señor, sepamos construir comunidades fraternas, Comunidades  que acogen en vez de juzgar, que se perdonan sin condenar, que se estimulan sin denunciar, comunidades de Compasión.

En esta congregación que desea permanecer abierta.  Tú, Espíritu Santo,  nos darás la audacia de inventar lo nuevo con nuestras fragilidades  y miserias, con nuestras pobrezas.

Y de esta manera cada una podrá rezar y cantar en su propia lengua, podrá expresarse según su cultura, podrá existir con su historia y en su tiempo, podrá ser testigo de Dios por toda la humanidad.

Una congregación de la que no se diga: “miren qué bien organizadas están”, sino: “miren, cómo se aman” Congregación de Ntra Sra. de la Compasión; comunidades de las ciudades, de los pueblos, de los barrios y suburbios, de la selva y de las sierras.

Siempre has sido pequeñita, pero sigues adelante, eres aún, bien frágil, pero mantienes viva la esperanza.

Levanta la cabeza y mira: contempla a María al pie de la cruz, 

¡no temas pequeño rebaño, el Señor está contigo!

Que esta oración suba hasta Ti, Dios y Padre nuestro, 

Por Jesús, tu Hijo en el Espíritu Santo. Por los siglos de los siglos. Amén.