“No había nadie en la prisión que no deseara tener el placer de su trato y conversación. Era un ángel de paz y de consuelo para todas las recluidas. Todas estas mujeres recibieron de ella el valor y la paz que sus corazones abatidos necesitaban. Y estimuladas por su ejemplo, terminaban por hacer buen uso de todas aquellas desgracias. Ella permanecía en la calma y la paz más perfecta, esperando la muerte feliz”. (En Primera Vida Manuscrita).
JEANNE MARIE DESCLAUX(1754-1831). Conversando con ella un 24 de marzo…
"Nuestro Fundador era tan dulce y tan humilde de corazón que parecía haber calcado su corazón en el de Cristo Jesús. Fue en esta fuente inagotable de donde él sacó esa tierna compasión que le hacía creativo para aliviar toda clase de sufrimientos morales y físicos de la pobre humanidad. Siguiendo los sentimientos de este adorable corazón, qué grande fue su indulgencia, su delicadeza y su generosidad con el prójimo”. (En Vida inédita)