Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecer nuestros servicios y mejorarlos analizando la navegación. Al utilizar nuestros servicios, aceptas el uso que hacemos de las cookies.

La Compasión ha dejado huella

Conocí a las Hermanas de la Compasión en Lamiako (Bizkaia) en el año 1988. Un par de meses después conocí a las hermanas de Erandio.  La Compasión ha dejado huella en ambos pueblos de la Margen derecha obrera de la ría Nervión.  En Lamiako con su dedicación a visitar a los enfermos y familias, y su dedicación a la comunidad parroquial. En Erandio por su presencia colegial por la que han pasado tantas personas del pueblo, especialmente mujeres porque así era la enseñanza antiguamente, por su presencia en La Campa en la residencia de mayores.  No nombro personas porque podría olvidarme de muchas. Pero es evidente que al final quienes dejan huella son las personas. Aunque son los carismas quienes impregnan un estilo de relación, de acercamiento, de fe son luego las personas concretas las que consiguen transmitir con su personalidad y bondad esos valores de las instituciones.  

Huella clarísima de ese paso de la Compasión y de sus hermanas son las vocaciones compasionistas y el grupo de laicas. Pero si preguntamos a la gente de estos pueblos por cómo es su recuerdo de la Compasión siempre surge la respuesta con una sonrisa en la boca. Dejaron huella y huella buena. Y todo esto sólo puede ser por una razón porque hicieron verdad el nombre de su institución, porque vivieron con compasión, porque sufrieron junto a las personas que sufrían, con cercanía y ternura, con tiempo dedicado que hoy es muy importante. 

Después he conocido a más hermanas y a más comunidades. Ha sido casualidad pero muchas presencias compasionistas se han dado en lugares en los que por una razón u otra ha habido presencia Adsis o algún tipo de relación con alguno de nosotros. En todos estos lugares ha habido una relación cordial si no de trabajo en común. Porque al fin y al cabo, nuestra tarea, nuestra misión es la misma: los pobres, los jóvenes… el Reino de Dios.

Joserra Mendiola
Las Palmas de Gran Canaria, 31 de octubre de 2016

Ventanas de compasión

Queremos celebrar que en medio de este mundo en el que abunda el dolor y en el que parece reinar la indiferencia, hoy podemos reconocer también una corriente de Compasión que va abriendo ventanas a muchas y diversas iniciativas de humanización y solidaridad.

Nosotras, hemos querido ser cauce de esa corriente compasiva a lo largo de estos 200 años en los lugares donde vivimos y a través de los proyectos que organizamos o en los que participamos.

Te invitamos a asomarte a estas ventanas y a también a abrir los ojos a tu alrededor por si esa corriente pasa cerca y te llama a entrar en ella… O tal vez ya estás dentro y tienes un testimonio que compartir…