Es bueno volver a hacerme esta pregunta: ¿Qué es ser hna. de la compasión hoy? O ¿cómo trato de testimoniarlo? Haciendo memoria de mi consagración y entrega al Señor, se me viene a mi mente y corazón que todo lo que soy y poseo, lo vivo como un gran regalo de Dios, sobre todo la confianza que ha depositado en mí. Esto me ha posibilitado caminar con mucha libertad y compromiso tanto en mi tarea pastoral como en mi vida comunitaria.
Lo vivo en lo cotidiano con gestos pequeños y sencillos en el seno de la comunidad haciendo de esta manera unas relaciones más fraternas y apostando por la comunión y solidaridad en lo que se necesita.
Ser hermana de la compasión me ha posibilitado distintos servicios y compromisos sociales. Como dice el Papa Francisco hay que ir a las periferias geográficas y existenciales. Y precisamente, vivo mi compromiso con niños y adolescentes que provienen de sectores más vulnerables de la zona donde me encuentro, brindándoles un espacio de socialización y contención a través de la educación en valores, adquisición de habilidades para la vida, arte, juegos, etc. En realidad es más lo que recibo que lo que doy, ya que constantemente me demuestran gestos de cariño, acogida, alegría de parte de los niños y la comunidad donde viven.
Siento realidad las palabras de Jesús: “el que pierde la vida por amor a mí la hallará” Mt 16,25
Hna Gladi Sandoval
Comunidad de Córdoba, Argentina