El lunes 28 de noviembre 2016; al atardecer, llegó el icono a esta ciudad de Vitoria.
Lo esperábamos con ilusión; nos lo habíamos imaginado más grande, pero su figura nos cautivó; de repente nos sentimos abrazadas por él, era una sensación de acogida a todos, a la comunidad, y a todas las Hermanas de la Congregación; y con ellas al mundo entero ese mundo que no se atreve a refugiarse en unos brazos tan acogedores como los de María y Jesús.
Solo María que lleva esa riqueza en su corazón nos acoge en su regazo con ese rostro que derrama ternura y Compasión.
Con la misma ilusión y renovadas fuerzas, el día 3 de diciembre se lo entregamos a la Comunidad de Villasana.