Hemos podido apreciar, valorar, y tal vez intentar vivir lo que tanto el budismo, como el islamismo, el judaísmo y el cristianismo, en su sabiduría milenaria, nos señalan como camino para llegar a ser compasivos, llegar a SER COMPASIÓN.
Hoy queremos compartir una experiencia de compasión, dentro del seguimiento a Jesús, vivida en el corazón de un lugar y momento histórico de gigantesco cambio: la Francia de la revolución. Camino iniciado por Mauricio Garrigou, un joven francés, en Toulouse, hace más de 200 años, compartido por hombres y mujeres de su entorno y que, traspasando fronteras de países y continentes, es hoy una corriente de Compasión que sigue viva y dando vida. Podríamos decir que se inició una “revolución silenciosa de compasión” junto a las víctimas de una revolución estruendosa que buscando más justicia social, tuvo muchos “daños colaterales”…