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EN EL PROYECTO DE LA CASA DE ACOGIDA Y REHABILITACIÓN DE PERSONAS EN SITUACIÓN DE CALLE, PADRE MACHADO y en la COMUNIDAD INTECONGREGACIONAL

Comparto cómo experimento la COMPASIÓN en tres dimensiones del proyecto:

1ª En la cdad. Intercongregacional: Por  distintas circunstancias, en este momento, la comunidad está formada solo por dos Hnas. Y una 3ª nos apoya 3 días a la semana, pues la misericordia y compasión del Señor hace posible que un proyecto que contemplaba la necesidad de 5 hnas. formando comunidad, pueda  caminar con una cdad. tan reducida. 

Es esta para mí la primera experiencia de compasión.

2ª La compasión del Señor que se revela en las Hª de vida de cada uno de los hermanos en situación de calle que llegan a la casa, sus  Historias, los ángeles amigos que han prestado sus brazos al Señor para abrazarles y les han ayudado en  momentos vitales para ellos, “como el interno que contó su vida de pérdidas y dolor desde la infancia y en un momento de inmenso dolor, pierde el sentido de la vida y  va al metro decidido a suicidarse, mientras espera que llegue, la compasión del Señor lo abraza a través de un amigo que llega, le saluda y al ver su expresión intuye lo que pasa, pregunta, escucha, abraza y consuela y lo lleva a su casa”.

3ª En lo que hoy vamos viviendo con las personas que hacen trabajo de voluntariado apoyando el Proyecto.

Una profesora que vive en los bloques frente a nuestra casa, y que ahora está dedicando una mañana a la semana a dar clase a los internos, comparte cómo se sintió llamada a ello.

“Estaba en la oscuridad por toda la violencia que se vive en nuestro entorno, venta de droga, discusiones en las colas de mercal, malandros, disparos a cualquier hora del día… y esta Semana Santa, dentro de mi sentí una voz que me decía: enfrente tienes la luz. Vine a la misa de Jueves Santo y por primera vez fue para mí una celebración VIVA, no ritual como la de muchos Jueves Santos anteriores. En el compartir de la palabra de estos hermanos en proceso de rehabilitación, en lo que aquí se vive encontré la luz y yo también quiero colaborar con este proyecto”.

Cada uno de los voluntarios manifiesta de manera diferente el llamado a colaborar en el proyecto y en todos se expresa la compasión del Señor que se derrama en ellos y que a su vez ellos trasmiten.

Además de los voluntarios tenemos también a los benefactores que desde el primer día del proyecto con corazón compasivo y misericordioso están colaborando económicamente y aun en medio de las dificultades que como país estamos viviendo, mantienen el apoyo.

Para reconocer la compasión del Señor, solo necesitamos una mirada misericordiosa a la realidad, como la de Jesús, para poder contarnos y compartir todos esos detalles que en el día a día entre nosotros se va viviendo y manifestando.

No serán los medios de comunicación los que nos hablen de la compasión, es tarea nuestra ponerla de manifiesto, reconocerla, experimentarla y darla, a lo largo de toda nuestra vida de discípulas seguidoras de Jesús.

Ventanas de compasión

Queremos celebrar que en medio de este mundo en el que abunda el dolor y en el que parece reinar la indiferencia, hoy podemos reconocer también una corriente de Compasión que va abriendo ventanas a muchas y diversas iniciativas de humanización y solidaridad.

Nosotras, hemos querido ser cauce de esa corriente compasiva a lo largo de estos 200 años en los lugares donde vivimos y a través de los proyectos que organizamos o en los que participamos.

Te invitamos a asomarte a estas ventanas y a también a abrir los ojos a tu alrededor por si esa corriente pasa cerca y te llama a entrar en ella… O tal vez ya estás dentro y tienes un testimonio que compartir…