Al salir del Norte de Camerún, donde yo trabajaba en el Centro de Salud de la Iglesia Evangélica Luterana de Camerún, me presenté al Dispensario católico de Mimboman y la Hna. Aurora Rueda se fijó en mí escrito….
Desde septiembre del 2009 formo parte de la comunidad intercongregacional en un proyecto de Cáritas Madrid de apoyo a familias en situación de vulnerabilidad o exclusión.
Compartir vecindad con todas estas familias te hace ser igual entre los iguales, entre los que no cuentan.
Comparto aquí mi experiencia de misión desde el carisma compasión, durante los seis años que colaboré en Madrid en el proyecto Puente de Esperanza, orientando en la búsqueda de empleo a personas inmigrantes, de cualquier país del mundo y religión.
El Comedor San Antonio de Iralabarri es un servicio para las personas “sin hogar” de Bilbao con 62 años de vida. Nació de una manera sencilla de la mano de cuatro mujeres atentas a la realidad que les rodeaba. Era la época de la postguerra y la carestía de lo necesario se dejaba notar.
A veces, los caminos del Señor, además de ser inescrutables, se cruzan, cuando estos caminos llevan a la atención de personas en situación de exclusión social.
Tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, estaba desnudo y me vistieron… Cada vez que lo hicieron con uno de mis hermanos más pequeños a mí me lo hicieron. (Mateo 25, 34 SS)
Experiencias de Compasión es un video que recoge las diversas prácticas pastorales realizadas en el proceso de formación en Perú. Compartir la vida con los más pequeños, me ha permitido conocer al Dios Compasivo que se hace presente en los niños y niñas que con sus alegrías y espontaneidad no dejan de sonreír a pesar del sufrimiento por una enfermedad o por la situación de pobreza extrema que viven.
Testimonio de las religiosas de otras congregaciones que conviven con una hermana compasionista del proyecto intercongregacional del Centro de Cáritas Sínodo 2005 de Viviendas de Integración Social, VIS II.
Queremos celebrar que en medio de este mundo en el que abunda el dolor y en el que parece reinar la indiferencia, hoy podemos reconocer también una corriente de Compasión que va abriendo ventanas a muchas y diversas iniciativas de humanización y solidaridad.
Nosotras, hemos querido ser cauce de esa corriente compasiva a lo largo de estos 200 años en los lugares donde vivimos y a través de los proyectos que organizamos o en los que participamos.
Te invitamos a asomarte a estas ventanas y a también a abrir los ojos a tu alrededor por si esa corriente pasa cerca y te llama a entrar en ella… O tal vez ya estás dentro y tienes un testimonio que compartir…