Vengo de una familia, de un hogar, donde reinaba el amor, la sencillez y la oración y encontré otra familia, la Congregación de Hnas. de Nuestra Señora de la Compasión, que me acogió ayudó y me ayuda, en todo el sentido de la palabra. Gracias Señor por el Carisma de la Compasión.
“Jesucristo, será tu modelo”, sigue sus huellas con tu estilo de vida cotidiana y fraterna. Es la invitación que el Señor me ha hecho. Vivo con gozo y esperanza, sé que el Señor me acompaña y me fortalece en mis debilidades y limitaciones.
Quiero hoy sumarme a este festejo del Bicentenario del nacimiento de la congregación Hermanas de Ntra. Señora de la Compasión, citando unas palabras del Papa Francisco: “El amor cristiano, es un amor comprometido, que se hace concreto en la vida”.
Y esa fue mi experiencia, cuando, conocí a las Hnas. de la Compasión en un Evento de Cáritas Madrid en 2004: Concretamente a Lucía, Josefa, Ana Mary. Ellas formaban parte, junto a un grupo de voluntarias, de un taller, “Crisol cocina”, dirigido al colectivo inmigrante.
Me pides que escriba algo sobre la etapa de mi vida en la que tuve a la COMPASIÓN como compañera de camino y la huella que aquellos años dejaron en mí….
Aunque me resulta un poco complicado escribir (soy de ciencias), lo primero que deseo compartir es que vuestro paso por LAS NAVAS, y en concreto por mí, no lo puedo encerrar en vivencias concretas porque mi vida toda ha sido orientada, animada por vuestro espíritu, manera de estar y de hacer. Incluso ahora que no vivís entre nosotros os recordamos mucho y os tenemos presentes.
Tres Hermanas formamos la Comunidad de Chaumont-en-Vexin y una cuarta, que vive en la Residencia de Beauvais, se une a nosotras cada quince días.
Situadas a proximidad de un EHPAD (Établissement pour l' Hébergement de Personnes Âgées Dépendantes -Residencia de Personas mayores-) nuestra misión es ahora una misión de presencia. Hacer presente la compasión de Dios hacia toda persona con la que nos encontramos, está al alcance de todas pero exige mucha atención. En este sentido, queremos compartirles el ejemplo de Agnès.
Soy Amaia Egido, miembro del Movimiento Adsis. En el 2008 comencé mi andadura como responsable del proyecto Bestalde, proyecto de la Fundación Adsis que trabaja para la reinserción de personas privadas de libertad. Donde además de trabajar en las prisiones de Zaballa (Álava) y Basauri (Bizkaia), contamos con un centro de día en Bilbao.
¿Qué puedo decir de la Compasión? A veces me da el cuero sólo para vivirla, sin palabras, en silencio y desde la fuerza de Dios. En los momentos de dolor es estar de pie junto a la Cruz: la cruz del que tenés al lado y está enfermo, del amigo que pasa un momento de oscuridad interior, que no tiene trabajo o tiene un drama familiar; la cruz de mis propias debilidades y tantas otras cruces…
Tras una larga vida, (acababa de cumplir 80 años,) vivida casi toda en San Martín (Tarapoto, Lamas, Picota), gozosa en la vida comunitaria y la misión, creía que ya nada cambiaría en mi existencia. Pero Dios siempre sorpresivo, me deparaba otra experiencia distinta. Se me pidió ir a Argentina si en ello, no tenía dificultad. Por supuesto que no la tenía. La primera impresión fue de extrañeza, pero muy pronto comprendí en mi interior, que era una nueva llamada del Señor, y que a semejanza de Abraham me solicitaba, partir hacia lo desconocido, confiando en Él.
Somos cuatro hermanas, enviadas a vivir aquí, en el barrio de San Lorenzo, para compartir nuestra vida con todos y todas con quiénes vamos haciendo camino, desde nuestra vocación en la Iglesia para el mundo.
Fieles al Carisma de nuestro Fundador, buscamos recrear, en la vida sencilla de cada día, y desde nuestro estilo de vida todo aquello que a través de nuestras relaciones y actividades nos ayuda a contemplar a Jesús, el Compasivo, con el fin de ponernos, personal y comunitariamente, en sintonía con su mirada, con su escucha a las personas y acontecimientos, con su sentir y con sus prácticas.
Es bueno volver a hacerme esta pregunta: ¿Qué es ser hna. de la compasión hoy? O ¿cómo trato de testimoniarlo? Haciendo memoria de mi consagración y entrega al Señor, se me viene a mi mente y corazón que todo lo que soy y poseo, lo vivo como un gran regalo de Dios, sobre todo la confianza que ha depositado en mí. Esto me ha posibilitado caminar con mucha libertad y compromiso tanto en mi tarea pastoral como en mi vida comunitaria.
Ahora que el tiempo ha borrado lo que suele borrar tras muchos años, justo es que aflore también lo que permanece imborrable; sin duda alguna porque alcanzó otros fondos y llenó otros espacios, que son los que al final conforman y definen nuestra historia-pequeña o grande-, nuestro camino, nuestra vida.
El Bicentenario de vuestra Congregación es motivo sobrado para llamar al presente aquellos años de Dortmund con sabor a diáspora, con sabor a distancia de un par de miles de kilómetros.
Queremos celebrar que en medio de este mundo en el que abunda el dolor y en el que parece reinar la indiferencia, hoy podemos reconocer también una corriente de Compasión que va abriendo ventanas a muchas y diversas iniciativas de humanización y solidaridad.
Nosotras, hemos querido ser cauce de esa corriente compasiva a lo largo de estos 200 años en los lugares donde vivimos y a través de los proyectos que organizamos o en los que participamos.
Te invitamos a asomarte a estas ventanas y a también a abrir los ojos a tu alrededor por si esa corriente pasa cerca y te llama a entrar en ella… O tal vez ya estás dentro y tienes un testimonio que compartir…