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Septiembre de 2013. Comunidad de Ziordia. Visita del Consejo General.

Ana María Martínez, una de las consejeras, pide mi parecer sobre mi traslado a la residencia de Beloso. Reconozco la envergadura del tema y respondo afirmativamente.

Se preparan los hechos para mediados de enero de 2014 y se inicia nuestra ida, 15 Hermanas, para la nueva residencia de Beloso Alto.

Pensando en el asunto sobre la vida en las Residencias, -tenía experiencias de lo vivido en Cuéllar, Olmedo y Salamanca-, me vino la intuición de volver a leer la vida de nuestra Madre Fundadora, interiorizando su vida después de la Revolución Francesa y de haber sido disuelta su Congregación.

Vi en ella la actitud de acogida permanente hacia las jóvenes residentes que atendía y a las Hermanas mayores que se quedaron con ella. Este fue su compromiso hasta la muerte.

El Equipo General nos dio pautas para vivir nuestro carisma de Compasión en una Residencia conviviendo las 15 Hermanas con los 70 laicos que ya residían en ella. Nos iluminaron la vida con el apostolado y la fraternidad, lo que a mí personalmente me animó.

Vinimos a Pamplona y con ello empecé a vivir la 3ª edad, propiamente-

Procuré adaptarme a las costumbres y horarios de la Residencia, teniendo muy presente la actitud de nuestra Madre Fundadora: La atención a las Hermanas que se encontraban en peores condiciones físicas y traté de ayudarles en las carencias que padecían. Esto no fue tan fácil como preveía, pues para esa actividad estaban las gerocultoras; quedaban otros aspectos en los que pude colaborar, la escucha, la cercanía, la palabra, …  Pero, cuando van falleciendo, este acontecimiento siempre va dejando una huella en mi vida de residente.

Ahora, cada vez las Hermanas están más limitadas, la demencia está presente y es más complicada la relación. Yo noto que bajo también en energía y me viene a la memoria un poema de Milton. El va hablando de su larga ceguera: “al pensar como mi luz se vio apagada…-se pregunta si él y los que son como él, privados de estar enteros, han podido servir para algo; y concluye, que Dios no precisa el talento y las obras de todos los seres, sino que también sirven, los que sólo están y esperan”.

Cuando se nos impone la etapa del envejecimiento, necesito no olvidar el hilo de los imprevistos…”el hombre planea su camino, pero es el Señor quien dirige sus pasos”  (Prov. 16,9)

Al principio, cuando llegué, quería ser agente de compasión con las Hermanas, con la gente, ahora cuando la naturaleza decae me siento también sujeto de compasión y misericordia.

Y aquí un nuevo recuerdo para nuestra Fundadora Juana Mª Desclaux, tomo conciencia de que el principio de mi final se va moviendo en esta cambiante situación, entre las expectativas y las esperanzas.

Nieves Sáenz de Cámara
HH Compasionista.

Ventanas de compasión

Queremos celebrar que en medio de este mundo en el que abunda el dolor y en el que parece reinar la indiferencia, hoy podemos reconocer también una corriente de Compasión que va abriendo ventanas a muchas y diversas iniciativas de humanización y solidaridad.

Nosotras, hemos querido ser cauce de esa corriente compasiva a lo largo de estos 200 años en los lugares donde vivimos y a través de los proyectos que organizamos o en los que participamos.

Te invitamos a asomarte a estas ventanas y a también a abrir los ojos a tu alrededor por si esa corriente pasa cerca y te llama a entrar en ella… O tal vez ya estás dentro y tienes un testimonio que compartir…