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Eres originaria, universal, 
Ternura sanadora de Dios que restaura
Mis heridas pasadas.
Tú, alineas mi corazón hacia el  encuentro
Fraterno, amoroso, del hermano olvidado,
Del que tiene doblada su espalda,
Por el peso diario.
Siento que tu amanecer radiante,
Transforma mis oscuridades,
En luces de esperanza.
Tu amor humilde, me empuja, me llama,
A poner amor, donde el dolor,
Se ha hecho sufrimiento
Por la dignidad borrada.
Agrandas la mirada y creas
Acogida incondicionada.
Abres las puertas de mi ser
Por el egoísmo cerradas.
A quienes se cruzan en mi senda diaria,
Les ofreces una mirada humilde, cercana.
Tú despiertas en mi corazón adormecido
Esa música divina, alada,
Esa canción acompasada,
Que remueve las entrañas…
A las personas excluidas, desorientadas,
Les ofreces un brindis de amistad
A vacíos insoportables…
Tú, rompes fronteras, divisiones,
Acoges con amor incondicional
al pobre, al caído, al descartado.

Julia Torres
HH Compasionista