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Señor, Tú hiciste de Mauricio Garrigou 

un sacerdote de intensa vida interior,

un apóstol movido 

por una compasión activa hacia los pobres,

un promotor de vocaciones 

de laicos, sacerdotes y religiosas.

Acuérdate de tu siervo y concede,

 a cuantos desean vivir de su espíritu,

entregarse con generosidad

 al servicio de sus hermanos 

en la misión de la Iglesia.

En especial concédenos, por su intercesión,

 la gracia que nos atrevemos 

a esperar de tu bondad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.